Utilizando los sentidos humanos convencionales (e. g.,
vista, sonido, olfato, gusto, tacto, etc.,) hemos llegado a percibir el mundo
en el cual vivimos en términos de la realidad física y no física. Por ejemplo,
las manzanas son materia física y las transmisiones de la televisión están en
el reino de las ondas de energía. Alrededor del año 1925, los físicos adoptaron
una nueva visión de la realidad física que se conoce como mecánica cuántica.
Originalmente la ciencia pensó que los átomos estaban
compuestos por pequeñas partículas de materia (electrones, neutrones y
protones), sin embargo los físicos modernos encontraron que estas partículas
subatómicas eran realmente vórtices inmateriales de energía (parecidos a
tornados a nano escala). En verdad, los átomos están hechos de energía y no de
materia física. Así que todo lo que pensábamos que era materia física está
compuesto en realidad de ondas de energía enfocadas o
vibraciones.
Por tanto todo el Universo está compuesto realmente de
energía, y lo que percibimos como materia también es energía. Las ondas de
energía colectiva del Universo, a las cuales se refiere como ‘fuerzas
invisibles en movimiento’ comprenden el campo (para más información vean el
libro de Lynne MacTaggart’s, The Field).
Aunque la física cuántica reconoce la naturaleza energética
del Universo, la biología nunca ha incorporado realmente el rol de las fuerzas
invisibles en movimiento en su entendimiento de la vida. La biología todavía
percibe el mundo en términos de moléculas físicas Newtonianas, partes de
materia que se agrupan como llaves y cerraduras. La bioquímica enfatiza que las
funciones de la vida son el resultado del enlace de químicos físicos similares
a una imagen de piezas de un rompecabezas que se incorporan entre sí.
Tal creencia insiste en que si queremos cambiar la operación
de la máquina biológica entonces tenemos que cambiar su química. Este sistema
de creencias que enfatiza la ‘química’, lleva a una modalidad de sanación que
se enfoca en el uso de medicamentos….medicina alopática. Sin embargo, la
medicina convencional ya no es científica debido al hecho de que enfatiza la
idea Newtoniana de un mundo mecanicista y no reconoce el papel de las fuerzas
invisibles en movimiento que comprende el mundo de la mecánica
cuántica.
Mañana analizaré el entendimiento de la energía por parte de
la física y llegaré a la conclusión de por qué es necesario que la biología
incorpore un entendimiento de la energética y de los campos de energía.
PARTE 2
En la física hay un entendimiento de que si dos cosas tienen
la misma energía vibratoria, ellas comparten una "resonancia
armónica" lo que significa que cuando una vibra hace que la otra vibre.
Por ejemplo, cuando un vocalista logra emitir la nota apropiada, una que esté
en sintonía con los átomos en una copa de cristal, su voz (vibración) destroza
la copa. La energía de la voz se combina con la energía de los átomos de la
copa y las dos energías se vuelven tan poderosas unidas que hacen que los
átomos de la copa se disgreguen y destruyan el cristal.
Algunas energías cuando se unen se vuelven constructivas,
esto es, las dos energías se suman produciendo una energía vibratoria más poderosa.
Sin embargo, las dos ondas de energía pueden interactuar y cancelarse
mutuamente, así que cuando se combinan, el poder de las energías combinadas es
igual a 0. En los humanos, cuando las energías son constructivas y aportan más
poder, realmente experimentamos físicamente las 'buenas vibras' de estas
energías. Sin embargo, cuando dos energías se cancelan mutuamente,
experimentamos energéticamente este estado debilitado como 'malas vibras'.
Las vibraciones del horno microondas 'armónicamente
resonantes' con las moléculas de ciertos alimentos hacen que éstas se muevan
con mayor rapidez lo que hace que se caliente la comida. Los audífonos que
cancelan el ruido (e. g. los manufacturados por la compañía Bose) generan
frecuencias vibratorias que son 'destructivas' (fuera de fase) con respecto a
las frecuencias del ruido ambiental y esto hace que los sonidos de fondo se
cancelen y el ruido desaparezca. Los biólogos están descubriendo ahora que las
funciones biológicas y las moléculas se pueden controlar utilizando frecuencias
vibratorias armónicas, incluyendo las vibraciones de luz y sonido.
Es necesario que la biología incorpore un entendimiento de
la energética y de los campos de energía, porque las ondas de energía influyen
profundamente en la materia. Una gran cita de Albert Einstein formula que:
"El campo es la única entidad que gobierna la partícula". Einstein
está diciendo que las fuerzas invisibles (el campo) son responsables de la
configuración del mundo material (la partícula). Para entender el carácter del
cuerpo de una persona o la salud, uno debe considerar el papel del campo
energético invisible como una influencia primaria. El problema reside en que la
medicina convencional no ha reconocido realmente siquiera que el campo exista,
aunque la 'influencia de fuerzas invisibles en movimiento' haya sido demostrada
en artículos científicos publicados durante más de cincuenta años.
El modelo convencional de la medicina basado en la física
Newtoniana ha posibilitado milagros tales como los transplantes de corazón y
las cirugías reconstructivas. Sin embargo, las ciencias médicas alopáticas
convencionales no saben cómo funcionan realmente las células y todavía
enfatizan de forma incorrecta el papel de los genes en el control de nuestras
vidas y en temas de salud. La biomedicina todavía está impregnada de un
universo material mecanicista. La ciencia médica enfoca su atención en el
cuerpo físico y el mundo material ignorando completamente el papel de la
mecánica cuántica.
Una vez que la medicina comience a comprender y a reconocer
las influencias de los campos de energía como determinantes influyentes,
importantes, tendrá entonces un panorama más realista de cómo funciona la vida.
Simplemente dicho, la medicina convencional por sí sola no es verdaderamente científica
ya que no invoca los mecanismos del Universo reconocidos por la física
cuántica.
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