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domingo, 14 de diciembre de 2014

La inmunidad antitumoral: una estrategia anticancerosa muy prometedora

En el reciente número de Nature publicado el 27 de noviembre de 2014 Jedd D. Wolchok & Timothy A. Chan, miembros del Memorial Sloan Kettering Cancer Center, New York1, ilustraban los muy esperanzadores resultados publicados por cinco investigadores independientes -Powles et al, Herbst et al., Tumeh et al., Yadav et al. y Gubin et al.- cuyos estudios analizaban el impacto sobre diversos tipos de cáncer de terapias que restauran la inmunidad antitumoral mediante el bloqueo de la vía PD-1, que es una proteína que desempeña un papel importante en la supresión del sistema inmune frente a la agresión de las células neoplásicas.

Los hallazgos de Powles2 y Herbst3 se sustentan en ensayos de fase I. El primero analiza los efectos de este tratamiento en un grupo de pacientes con cáncer de vejiga, mientras que el segundo evalúa la eficacia de un anticuerpo monoclonal que bloquea la vía PD-1 en algunos tipos de cáncer de pulmón, melanoma, carcinoma de células renales y otros tumores sólidos. En cambio, Tumeh et al.4 han trabajado con muestras de pacientes con melanoma maligno tratados con pembrolizumab. La buena noticia es que todos constatan que el anticuerpo es eficaz, que se obtienen respuestas duraderas en un subconjunto significativo de pacientes, que el anticuerpo es de baja toxicidad y que los efectos adversos graves son raros.
Por su parte, las contribuciones de Yadav et al5 y Gubin et al6 corresponden al ámbito de la genómica y se centran en identificar qué factores desempeñan un papel clave en la inmunidad tumoral; y por tanto, guardan relación directa con la iniciación y progresión del cáncer. Se trata pues también de avances clave para el descubrimiento de nuevos antígenos inmunogénicos.
Wolchok & Chan afirman que “estos cinco documentos, junto con otros estudios recientes, apoyan la hipótesis de que la respuesta inmune a las mutaciones específicas del tumor son fundamentales tanto para la inmunidad antitumoral natural y la actividad antitumoral generados por la terapia de bloqueo”.
En suma, esta nueva estrategia terapéutica tan prometedora, aun en fase experimental, no ataca directamente a las células cancerosas tal como hace la quimioterapia antineoplásica al uso, sino que trata de desactivar los mecanismos que emplean las células neoplásicas para resistir al sistema inmunitario natural; esto es, una táctica mucho más ingeniosa que la tradicional.
Finalmente, aunque a través de otros estudios, también merece comentario la contribución en esta innovadora línea de investigación de dos destacados investigadores españolesAntoni Ribas, de la Universidad de California Los Angeles (UCLA) y de Josep Tabernero, director del Instituto de Oncología del Hospital Vall d’Hebron (VHIO) de Barcelona, quien ha afirmado en una reciente entrevista publicada en el diario El País que “Cada nuevo resultado que conseguimos con estas nuevas estrategias demuestra que funcionan y consolidan la inmunoterapia como una firme opción terapéutica“. Que así sea.

  1. Wolchok, J & Chan, T, Nature 515, 496-497 (2014).
  2. Powles, T. et al. Nature 515, 558–562 (2014).
  3. Herbst, R. S. et al. Nature 515, 563–567 (2014).
  4. Tumeh, P. C. et al. Nature 515, 568–571 (2014).
  5. Yadav, M. et al. Nature 515, 572–576 (2014).
  6. Gubin, M. M. et al. Nature 515, 577–581 (2014).

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